Policías y militares se movilizaron la tarde de ayer a un predio de la calle 53 con 36, cerca del primer cuadro de Mérida, ante el reporte de una supuesta granada en el patio de una casa, por lo que se aplicaron de inmediato todos los protocolos de emergencias.

Sin embargo, tras las revisiones correspondientes, quedó en claro que no se trataba de una granada, sino de la bobina vieja y oxidada de un rotor.

Fue una perra pitbull la que desenterró el aparato en el patio de la vivienda. Cuando la propietaria lo vio se asustó porque creyó que era una granada, y solicitó apoyo de elementos de la SSP que estaban por la zona.

Los uniformados vieron el artefacto y como tampoco sabían qué era, aseguraron la casa y se pidió ayuda de militares.

Elementos del Ejército llegaron al predio, portando chalecos especiales y llevando una “olla” de metal reforzado que se usa en caso de explosivos. Tras una rápida inspección dejaron en claro que no era una granada, sino una bobina vieja de rotor que, curiosamente, a simple vista tenía forma del aparato explosivo.

Sin nada de gravedad qué reportar, policías y militares se retiraron y para los habitantes del predio todo quedó como una anécdota.