La historia de Lazarito es la de un perrito callejero triste, flaquito y maltratado, que tuvo a bien llegar a la escuela “18 de marzo” en Mulchechén, Kanasín. Ahí fue recibido por una maestra, quien le abrió las puertas mientras se recuperaba de las lesiones que sufría.

Meses más tarde, Lazarito permanece en el plantel, en donde recibe cuidados de personal docente y de los alumnos y alumnas, y comparte el cariño con un gato llamado “Mixi”. Su vida cambió por completo gracias al ejemplo y empeño de la maestra Julie.

En su cuenta de Facebook, Jaim Gritzewsky Fotógrafo de Perros publicó esta historia, en donde se menciona que tras recuperarse de sus lesiones, Lazarito fue esterilizado y la escuela se convirtió en su nuevo hogar.

“Niños y maestros se volvieron su familia. Ahora todos lo aman como a un compañerito más, mientras que él les da mucho amor y se encarga de cuidarlos, pero lo que más inspira y me parece digno de compartirse, son los efectos secundarios que Lazarito ha traído”, se menciona en la publicación.

Y es que desde la llegada de este animalito, la conciencia de los niños ha cambiado y ahora muchos de ellos se encargan de promover temas de bienestar animal. Algunos de los alumnos más grandes de la escuela dan pláticas a otros alumnos sobre tenencia responsable, o sobre cómo acercarse a un perro que no conocen.

La publicación finaliza mencionando que “las escuelas necesitan más maestros como Julie y Lazarito”.