Luis Ch.P. asaltó anoche, cuchillo en mano, a un taxista en calles de Mulchechén, en Kanasín, pero minutos más tarde fue detenido por agentes policiacos, y no se aguantó las ganas de llorar, como buen cobarde.
La historia inició en la avenida Itzaes de Mérida, en donde el taxista Gerardo F. fue requerido por el tal Luis quien le pidió lo llevara a una colonia de Kanasín y así emprendieron el viaje.
Sin embargo, al estar por Mulchechén, el pasajero sacó un cuchillo, se lo puso en el cuello al guiador y lo despojó de dos teléfonos celulares y cerca de mil pesos producto de su trabajo como “ruletero”. Con el botín en las manos, el delincuente escapó.

El afectado pidió ayuda llegando varios agentes policiacos de Kanasín ante él, escucharon la historia y con las características del ladrón fueron tras él, ubicándolo a pocas calles. Se le arrestó y se le mandó a la comandancia.
Se le decomisó el dinero, los celulares y el cuchillo, pidiéndose al afectado interponer su denuncia. El ladrón no pudo evitar que se le salieran las lágrimas, pero ni así recibió piedad por sus delitos cometidos.